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En la Rambla de las Flores se pasean con toda promiscuidad las múltiples facetas de la calidoscópica realidad barcelonesa. Testimonio de excepción de las agitaciones políticas y las vibraciones más íntimas, el puesto de Antònia ofrece perfumes y colores a todos los que quieran acercarse a él, mientras continúa fiel al paseo que lo ha visto crecer. Y hoy, ocho décadas después de que Josep Maria de Sagarra escribiera su oda a la calle más emblemática de Barcelona, la Rambla continúa vertebrando las confluencias de nuestra realidad. Promoción compra antes del estreno con el código TNCFLORISTES
